Consiste en integrar prácticas sostenibles que aprovechen los procesos y ecosistemas naturales para resolver problemas ambientales y sociales del municipio. Este enfoque es particularmente relevante dado el legado minero-industrial de la ciudad y su impacto en el suelo, agua y biodiversidad. El desafío incluye restaurar áreas degradadas mediante la revegetación con especies autóctonas, que pueden estabilizar suelos contaminados y fomentar la biodiversidad.
