Se centra en integrar estrategias que reduzcan la vulnerabilidad del municipio ante fenómenos extremos, como olas de calor o sequías. Esto incluye la creación de infraestructuras verdes, como parques urbanos y corredores ecológicos, para regular el microclima y mejorar la gestión hídrica. La planificación urbana debe priorizar la reducción del riesgo de inundaciones y fortalecer la educación ciudadana para fomentar prácticas sostenibles.
RETO 5. RESILIENCIA ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO
